El gobierno de Berlusconi, ayudado por alcaldes como los de Roma, están estableciendo un modo bastante 'curioso' para que Italia salga del déficit y de la crisis: echarán el muerto encima a los turistas.
Y es que cualquier persona que se hospede en Roma pagará a partir de ahora un impuesto revolucionario de hasta 10€ que irá destinado a sufragar la deuda italiana.
Y esto es solo el principio; otras ciudades italianas se sumarán pronto a la medida.
Vaya una forma de escurrir el bulto.
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