Pero en Francia, si tienes cerdos, cuidadín con el nombre que les pones.
En el país vecino te pueden llevar a juicio por ponerle Napoleón a un cerdo.
Y es que el propio Napoléon aprobó esta ley en 1804, al descubrir en sus muchas visitas por su imperio que algunos pastores, hartos de sus políticas, le ponían su nombre a sus cerdos...una forma de denigrarle.
Y esta ley aún existe, porque nunca nadie se preocupó de eliminarla.
Ya lo sabes...si quieres ponle Sarkozy a una rata o Carla Bruni a tu culebra, pero ni se te ocurra comprar un cerdito y llamarlo como el loco que invadió España.
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