La cámara térmica de que disponen captó una forma de vida moviéndose sobre las olas hacia la ciudad.
Se acercaron al lugar y en plena medianoche, con el mar gélido, vieron venir nadando a un español con traje de neopreno y una mochila a la espalda.
¿Se habría hecho los 14 kilometros de estrecho?
¿estaría de pesca submarina en Alborán y una corriente lo trajo?
Pues ni una cosa ni otra.
Se trataba de un soldado del destacamento de Ceuta que quería regresar de esta forma a la ciudad.
Había pasado la frontera a Marruecos para relajarse un fin de semana en el país vecino, con la mala suerte de perder allí el pasaporte.
Viendo que la policía fronteriza marroquí no le dejaba volver a la ciudad por las buenas, ni corto ni perezoso se fue a una tienda de submarinismo y se compró un traje de neopreno. Se tiró al mar y se puso a nadar para entrar a Ceuta por la vía acuática.
Hasta que fue interceptado y ha quedado en evidencia ante autoridades, militares y la ciudad entera.
¡Con lo fácil que habría sido acudir al consulado español de Tetúan y no lanzarse a aventuras propias de pelis de James Bond!