Según aquellos señores tan inteligentes que decapitaban siervos sobre sus pirámides y tiraban las cabezas rodando por ellas, el mundo se acabará el 23 de diciembre de 2012 por un suceso apocalíptico.
Vamos, que no tendremos mensaje del Rey ese año ni veremos a la Obregón luciendo bikini y botox al verano siguiente.
Desde que yo existo, ya hemos sufrido predicciones y miedos apocalípticos sobre el fin del mundo en 2 ocasiones. Con el paso de 1999 a 2000, medio planeta vivió atemorizado y hubo suicidios en sectas. Dijeron que al cumplirse 2000 años del nacimiento de Cristo, todo se iría a pique.
Como el planeta no estalló ni la peste equina nos entró por las venas, dijeron que se habían equivocado y que se cumplirían 2000 años del nacimiento de Cristo al pasar a 2001. Nuevamente antes del 31 de diciembre de 2000 la gente estaba cagá de miedo y pensaba que reventaríamos por algún lado.
Pero aquí estamos todavía.
Ni Nostradamus (que dijo que lo de las Torres Gemelas sería el principio del fin) ni nadie más, ha conseguido dar una con este tema.
Al final solo el hombre tiene en su mano destruir el mundo, y no es tan listo como para reducirlo a escombros un 23 de diciembre...no...es tan torpe, que lo va destruyendo poco a poco.
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